"Este es Max. Tiene antecedentes de úlceras gástricas glandulares. Empezamos a darle EquiNectar porque a principios de año tuvo un episodio de cólicos y malestar. Cuando fue al veterinario, le hicieron un escáner que salió bien. Se le hizo una ecografía que mostró un leve engrosamiento de los intestinos.

En ese momento nos aconsejaron que empezáramos a darle EquiNectar, para ayudar a su intestino posterior, ya que no puede tomar esteroides por haber tenido problemas de laminitis en el pasado y EMS/Cushings.

Dos meses más tarde se le volvió a realizar una exploración que demostró que sus problemas intestinales se habían resuelto. Prestamos mucha atención a su tratamiento y añadimos EquiNectar. Estas fueron las únicas cosas que hicimos de forma diferente.

Creo que apoyar su digestión y su microbioma intestinal con EquiNectar ha contribuido a que Max vuelva a ser feliz".

Jemma, la dueña de Max